Antes de empezar con la chicha, déjame un momento tus recuerdos.
Cuando somos niños, pasan cosas muy chulas.
Eres muy feliz con poco, pero también te pones muy triste con poco.
No te cuesta expresar lo que te gusta y lo que no.
Con lo que te gusta, chillas de alegría y con lo que no te gusta, chillas de cabreo.
Y eso se pierde con los años.
Ahora, nos cuesta mucho más expresar nuestra alegría o nuestra tristeza. Te las guardas, no vaya a ser que algún duendecillo invisible te las arrebate.
Que no te vean llorar que es de flojos o no te alegres por lo que tienes o has conseguido, porque en este momento, donde estar jodido es lo normal, quizá tus alegrías las noten como soberbia.
Y así no vamos a evolucionar a seres humanos de verdad, en la vida.
Por eso, esta página, a la que has llegado por tu interés en seguir un ratito más acompañándome en mi camino, es muy de agradecer, y te quería entregar algo que hace que siga creyendo que ese niño continúa dentro de mi.
Es un ejercicio que puedes hacer tú también, si quieres y te da la gana, y que consiste en escribir lo que realmente te hace feliz. Sin restricciones, sin pensar en si puedes hacerlo ahora, mucho o poco. O nada.
Lo que te apasiona, lo que te enternece y lo que hace que alguna emoción positiva se exprese.
Después de eso, la vida se ve de otra manera. Se reajusta.
Poniéndome metafísico, algo pasa que no vemos y que nos alinea e impulsa a seguir el camino por el que debemos transitar.
Si queremos escuchar.
Por esa confianza que tienes en mí, te voy a contar lo que me hace feliz. Sin filtros ni justificaciones. Nadie debería juzgar lo que a otros les hace feliz.
Da igual el orden, nada es más importante que otra cosa, entendiendo que todo te hace sentir esa felicidad.
Si te animas, así empezarías a escribirlo:
.
Me encanta y me siento feliz cuándo:
-Veo o juego al fútbol.
-Abrazo a mis hijos.
-Hago el amor con mi mujer y nos reímos juntos.
-Vendo cosas.
-Escribo sobre lo que me apasiona.
-Tengo conversaciones geniales con gente diferente.
-Estoy creando.
-Investigo sobre la personalidad.
-Hago spinning.
-Paseo por zona de árboles escuchando podcast.
-Veo paisajes que me evocan inmensidad y belleza.
-Leo en el sofá con un libro dándome el solecito de refilón.
-Me ducho con agua caliente y conecto ideas.
-Me aprieto una tortilla semicuajada sin cebolla y saladita.
-La persona con la que tengo una conversación abre mucho los ojos, conectadísima y aportando ideas o historias de lo que estemos hablando.
-No madrugo, of course.
-Cuando una idea me recorre la médula al cambiarme la perspectiva de algo.
-Me acuesto tarde viendo o escuchando cosas interesantes.
-Creo y elucubro que hay algo más después de la vida.
-Cuando alguien me halaga porque le ha servido algo de lo que le he dicho o hecho.
.
Todas estas cosas me hacen sentir en paz, alegre y conectado.
Todas son matizables o llevarían puestas encima las razones que mi ego te quiera dar para justificarlas o para que parezcan legítimas ante tus ojos.
Pero esa no es la idea.
Me da igual lo que opines y te debería dar igual lo que opinen otros de tus sensaciones o sentimientos.
Este ejercicio, se une con otro cable. El de cómo hago sentir bien a los demás y cómo eso me hará tener la vida que me haga más feliz.
Ya sabes lo que te hace feliz, ya sabes en lo que eres bueno, ya sabes en lo que tienes experiencia y solo tienes que seguir esa intuición para focalizarlo en tu profesión.
E ir desechando poco a poco lo que te haga estar triste, enfadada o malhumorado.
En mi caso, la experiencia que tengo dirigiendo equipos, más en qué puedo ayudar a que los demás estén felices, más mis conocimientos en personalidad, comportamiento no verbal y coaching, hacen que salgan profesiones relacionadas con eso.
Lo hago en mi trabajo principal y si no tuviera esta vena empresaria, pues ahí me quedaría, pero eso no me daría la vida que realmente quiero. Y no podría ayudar a más gente.
Por eso me sigue picando.
.
Lo dicho, mil gracias.
Y para otro día, si quieres, escribimos lo que nos hace subirnos por las paredes, que lo mismo algún cambio hay que hacer.
Seguimos en el camino.
.
Un abrazo sincero
Tony
Neurolider.es
2024
Acepta el uso de cookies y sigue navegando más información
Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.