Un estudio de los psicólogos Antonio León García-Izquierdo (Universidad de Oviedo), Pedro José Ramos-Villagrasa (Universidad de Barcelona) y Mariano García-Izquierdo (Universidad de Murica), refleja la correlación entre los rasgos biológicos o factores de los que habla el Modelo Big Five (Costa y McCrae) y la Resistencia con el Agotamiento emocional en el trabajo tras la recogida de datos y análisis con una muestra compuesta por 311 trabajadores.
Se puso sobre la mesa la importancia que tienen los factores que componen la personalidad con el burnout o síndrome del desgaste profesional y para que nos entendamos “estoy más quemao que la moto un hippie” en el trabajo.
Fuera de bromas, fijaos en el escenario actual laboral:
Ante todo ese estrés continuado dimanante de esta vorágine de cambios y situaciones sin fin, los investigadores decidieron observar que tipo de rasgos y a qué nivel, afectaban en ese quemazón del personal.
El Agotamiento emocional refleja que ya no puedes más, pasas del cabreo a la frustración, siendo este un paso en el que todavía tienes margen de maniobra, pero de ahí pasas a la desesperanza cuyo principal pensamiento es el de “ya no puedo hacer nada”, momento en el que tu competencia laboral baja a los infiernos y pasas a ser un ente difuso que se pasea arrastrándose por los pasillos de la empresa.
Las conductas que se pueden observar son: absentismo, pensar en largarse de la empresa, negatividad y vómitos de sapos y calaveras ante todo y todos, y desarrollar una antipatía extrema hacia la política de la empresa.
El problema es que esto se contagia y no se sabe por qué, pero el que era optimista cuando vino, de repente si se topa con una persona en estado burnout, acaba pasando del color amarillo a marrón oscuro y queda atrapado en unas arenas movedizas de las que no sabe ni como entró.
Pues bien, como antecedentes citaremos que ya en el 1988, Kahill concluyó que las características individuales se habían obviado en los estudios realizados hasta el momento con respecto al burnout.
Moreno-Jimenez, Morett, Rodríguez y Morante (2006) nos contaban que estar abierto a los cambios amortiguaba la influencia de los estresores laborales.
Salgado (1998) señalaba que las personas que presentaban un alto riesgo en sufrir burnout manifestaban ansiedad y bajos controles de control emocional. Digamos que si eres nervioso y no tienes o no utilizas mecanismos prefrontales para controlar esa ansiedad, eres más propenso a quemarte. Lógico.
En la actualidad existe consenso acerca de este modelo para describir la personalidad, 5 factores de polos opuestos:
Muchos autores han puesto de manifiesto la capacidad de estos factores para predecir conductas futuras en las organizaciones tales como robos en la empresa, problemas de disciplina o absentismo.
Piedmont en 1993 obtuvo asociaciones muy significativas entre los factores N, E, A y el burnout y explicó que el 42% del agotamiento emocional lo explicaban los factores N y A.
Como vemos, antes del presente estudio se intentó determinar las causas de algo que se veía en las empresas pero que se desconocía por qué a algunas personas les afectaba y a otras no tanto.
Es más, dicho síndrome no aparecía hasta hace muy poco en el Manual de los trastornos mentales DSM, aunque si se citaba en la Clasificación internacional de enfermedades (Z 73.0)
Las variables individuales y del entorno interaccionan pudiendo provocar altos niveles de tensión y malestar que no quiere decir que inexorablemente derive en burnout, ya que si esa mezcla es utilizada para elaborar una respuesta adaptada a la situación, bienvenida sea.
El problema viene cuando no es adaptada.
Por este motivo, los investigadores añaden a los Big Five otra variable, la Resistencia, la cual modera el agotamiento mental en los 5 factores. Es decir, se utilizaron en el estudio escalas como la MBI (Maslach Burnout Inventory) de Maslach y Jackson para medir el burnout, la versión reducida del BFI (Big Five Inventory) de Jhon, Donahue y Kentle para medir los Big Five, y la escala Connor-Davison Resilience Scale (CD-RISC) para medir la Resistencia.
Se comprueba que se produce interacción entre Conciencia/Responsabilidad (C) y Resistencia, por lo que cuando C es alta, el Agotamiento emocional es menor dado el efecto moderador de la Resistencia, mayor que cuando C es media o baja.
Vamos, que cuando una persona tiene alta puntuación en C, su resistencia ante el agotamiento mental es mayor.
¿Interesante, verdad?
Esto me hace pensar una cosa; Si alta C según el NEO PI R de Costa y McCrae se subdivide en:
Eficaz, competente y preparado.
Bien organizado, pulcro, limpio.
Se rige estrictamente por sus principios éticos y morales.
Trabaja intensamente para lograr sus objetivos, diligente y resuelto, con una dirección de vida, a veces adicción al trabajo (workalcoholic).
Inicia tareas y las lleva a cabo hasta el final a pesar de los inconvenientes y distracciones.
Piensa antes de actuar, reflexivo y prudente.
Esto querrá decir que las personas en las que observemos estas conductas tendrán menos propensión a sufrir Agotamiento emocional.
Es así porque dichas personas manejan su parte prefrontal más eficazmente que las personas que no lo hacen, anulando o inhibiendo la ansiedad.
El estudio no lo refleja, pero no sólo esa alta C influye únicamente en llegar al estado burnout, por ejemplo las conductas asociadas al rasgo o factor Apertura a la Experiencia (O) como citaban Moreno-Jimenez, Morett, Rodríguez y Morante y las asociadas a la alta Amabilidad (A) como exponía Piedmont, también influyen en un burnout, ya que si nos centramos en las necesidades de los demás (alta A) y no somos propensos a adaptarnos a los cambios (baja O), por mucha alta C que tengamos, seremos como una olla a presión al no poder expresar nuestra biología al completo.
Ya sabéis, no solo de responsabilidad vive el hombre.
Tomad nota líderes, conoced en profundidad a los profesionales que trabajan con vosotros, identificad conductas y si observáis alta N, alta C y alta A, la propensión a que esa persona caiga en las redes del Agotamiento mental se acentuarán notablemente, por supuesto si su misión diaria no se adapta a su biología y eso le provoca un estrés continuado.
Os dejo enlaces de interés encontrados en la red para seguir indagando sobre el tema y alimentar vuestra mente:
El Cuestionario Breve de Personalidad (CBP) de Laura Torreblanca Murillo
Cuestionario de Maslach Burnout Inventory de Javier Miravalles
Y como enlace interno y si os apasiona el análisis del comportamiento desde el punto de vista que sea, os propongo:
Un abrazo
Tony Pérez
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Gracias por unirte en este apasionante viaje.