Si has caído en este post, vete tú a saber como, lee desde el primer capítulo sino vas a estar más perdido (o perdida) que Belén Esteban en una biblioteca.
La personalidad humana es muy compleja.
Eso ya lo sabes, no hace falta que yo te lo diga. Cuanto más sabes, más dudas te surgen de los porqués de nuestro comportamiento.
Es cierto que con un sistema es mucho más fácil y por eso elegí como herramienta principal la teoría de los Big Five.
Pero estudiar no sirve para nada si no llevas en la sangre la curiosidad por conocer a los demás y no te obsesiona estar constantemente, todos los días, comprobando lo que lees con personas humanas de carne y hueso. Si no, da igual que seas psicólogo o criminólogo.
Seguirás a oscuras.
En 2012 llegué a una Unidad en la que me fue muy bien.
No por mis estudios, que también, sino por la experiencia que adquirí haciendo y haciendo.
Y volvemos a lo mismo. Comprobando miles de veces lo estudiado. Acertando y fallando. Eso es lo que te hace ser un especialista o por lo menos estar en la zona superior de algún ámbito. El que sea.
Hay gente que dice que tiene 20 años de experiencia en algo. Una leche. Lo que tiene es un año de experiencia repetido 20 veces.
En 2013 me hice cargo del Área de Investigación, un grupo dentro de esa Unidad en la que tenías que poner dos puntos de intensidad más de todo.
De conocimientos, De motivación. De sacrificio. De ilusión y pasión. De perseverancia y, por supuesto, de resiliencia.
Un equipo ya realmente bueno en el que tuve el gran placer de poner en práctica todo lo que había aprendido hasta entonces.
Éramos muy buenos atrapando malotes, pero quería saber si podíamos ser mejores. Y ahí entran en juego los pequeños detalles.
En 2002, hubo un señor inglés al que se le encendió una bombilla.
O varias.
Ojo con lo que viene.
Este hombre se llama Dave Brailsford (luego le otorgaron el título de Sir, rollo espada en el hombro por parte de la Reina y demás).
Hasta el 2002 el equipo de ciclismo del Reino Unido solo había ganado una triste medalla de oro en los Juegos Olímpicos. Y desde el 1908 ya había llovido.
Pues cuando llegó Dave como director del equipo, se hincharon a ganar.
Dos medallas de oro en Atenas 2004 y ocho del mismo metal cuatro años después. En 2010 se hizo cargo del equipo Sky consiguiendo los Tours de Francia de 2012, 2013, 2015 y 2016.
Tela marinera.
¿Qué hizo este hombre de especial?
Lo que se denominó la teoría de las mejoras marginales.
En vez de intentar hacer grandes cambios en el equipo para ver si la suerte se aliaba con ellos, hizo muchas mejoras pequeñas.
¿Que la comida del equipo era pichí pichá? Nutricionista al canto.
¿Que los chavales dormían regular? Mejoras en la calidad del sueño y rutinas.
¿Que se constipaban a menudo? Higiene a saco para evitar todos los virus posibles.
¿Que iban más lentos que una tortuga cuesta abajo? Mejoras en la aerodinámica.
Total. Un sinfín de pequeños detalles fáciles de conseguir por separado y cuya suma de todos hicieron la Gran Mejora.
Como líder de un equipo es importante no agobiarse e intentar ir mejorando poco a poco todos los aspectos generales que rodean al equipo, y en paralelo los particulares de cada uno de tus compañeros.
Ya vimos como desterrar amenazas y como generar confianza para inspirar.
Pero ahora vamos a por el Bonus. A por el inicio de un equipo de alto rendimiento. Y eso solo pasa por conocer en profundidad tu personalidad y la de tus compañeros.
La personalidad la empezamos a formar sobre los 6-8 años, se confirma en la adolescencia y se ratifica en la adultez. Pero ¿Qué se encuentra debajo de la personalidad?
Nuestras necesidades biológicas. Lo que nos tira.
Digamos que si nuestros genes predisponen a que hagamos aquello con lo que estamos a gusto, la personalidad, a veces, no hace mucho caso a esas necesidades y se esfuerza por hacer lo contrario.
Por lo que sea.
Por aprendizaje, por miedo, por querer ser competentes, por parecer buenos, etc.
En un libro hace poco leí:
—Soy una persona muy meticulosa, detallista y que no paso por alto nada. Fueron muchos años en los que mi padre me educó en esos menesteres y fueron muchas noches sin cenar por no cumplirlo.
Oh.
¿Entonces? ¿Lo que se le ve es ser una persona obsesa por el detalle, pero resulta que no lo era y por aprendizaje si lo fue? ¿Le cogió gusto a serlo en contra de su genética?
Lo que te digo. La personalidad es muy compleja.
Pero no te voy a liar aquí. No es mi intención y ya habrá tiempo.
Como ejemplo te pondré a una persona extrovertida y a otra introvertida.
Existe en nuestro cerebro una zona llamada área reticular. Esta área está formada por una maraña de neuronas y de cuya activación depende que necesitemos estimulación externa o no.
Si eres una persona con cerebro muy extrovertido, estas neuronas son muy perezosas y se activan solo cuando tienen mucha estimulación desde fuera.
Por eso los muy extrovertidos necesitan a la gente, es el estímulo más potente, se ríen con facilidad y son muy optimistas (por rollos de dopamina y la ubicación de vías dopaminérgicas en el hemisferio derecho que hacen que hacer muchas cosas estimulantes obtengan más recompensas. Pura probabilidad), quieran reunirse con todo el mundo y hablan hasta agotar al más paciente.
Los pobres, además, lo hacen por necesidad y no porque quieran ser el centro de atención.
¿Qué es también un potente estímulo?
El sol.
Necesitan zonas iluminadas para trabajar y si puede ser música o ruido, mejor. Esto es porque para los cerebros extrovertidos tener un estímulo secundario a la tarea que están realizando hace que se concentren mejor.
Por contra, los introvertidos tienen tan activada esa zona que ya no necesitan más estimulación externa. Por eso se distancian de la gente, no por ser antisociales o tímidos, que ojo, pueden serlo también ya que una persona es la mezcla de las cinco dimensiones de las que nos hablan los Big Five, esa mezcla de colores que hablaba en el primer post, pero no por introversión.
Las facetas de la Extroversión son:
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E1: Hacen amigos con facilidad.
-E1: Difícil para ellos lanzarse a hacer amigos.
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E2: Se reúnen siempre que pueden con gente.
-E2: Evitan las reuniones sociales.
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E3: Son socialmente destacados. El alma de la fiesta interrumpiéndote constantemente.
-E3: Escuchan más que hablan.
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E4: Son multitarea, no paran de hacer cosas para no aburrirse.
-E4: Se centran en un solo campo.
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E5: Buscan novedad y estímulos constantemente.
-E5: No le van las sorpresas. Le suponen mucha estimulación extra.
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E6: Ríen con facilidad, optimistas.
-E6: Más pesimistas y sin necesidad de reír (no porque estén tristes sino por que hacen poco para obtener recompensas, no lo necesitan como te conté de los extrovertidos).
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¿Veis que todo va de necesitar o no estimulación externa?
Piensa en tus personas muy extrovertidas y muy introvertidas para poner los límites a los dos polos de este factor (o Dimensión).
Bien.
Retomando e hilando con Sir Dave y sus pequeñas mejoras.
Si tiendes más a la Extroversión o a la Introversión, estarás más a gusto en unos ambientes o en otros. No hay más.
Eso mismo le pasa a tus compañeros y por lo tanto, según sus roles o tareas, rendirán más o menos.
Si a eso lo unimos la especialización que cada uno puede tener según sus necesidades cerebrales, las mejoras en el bienestar del equipo a nivel individual se trasladan a las del equipo.
Y lo mismo atendiendo al resto de dimensiones de la personalidad.
Ya te conté las facetas de la Responsabilidad y de la Afabilidad y ahora la Extroversión, pero hay que darle la misma importancia a los comportamientos relacionados con el Neuroticismo (lo rápido que se activa el sistema límbico y que origina reacciones emocionales rápidas) o la Apertura a la Experiencia. Esta me encanta porque es la relacionada con la creatividad y si es muy alta en algunos compañeros, adaptar las tareas o su rol hacia esta dimensión, hace que estén a gusto para crear nuevas fórmulas de trabajo.
En un año y medio en el Área de Investigación hicimos más de 200 detenidos y 15 operaciones, algunas de ellas de relevancia internacional.
Sí, esto también va de resultados.
Pero no a cualquier precio.
El bienestar de tus compañeros es lo primero, y eso no está reñido con conseguir lo que te propongas como empresa o equipo.
Lo que si que está reñido es con gañanes con mente rígida y con jefes a los que se les recuerda como auténticos hojas de ruta.
Aunque los entendamos.
Y hasta aquí te puedo contar de momento, aunque luego hubo mucho más como conocer a Tim Gallwey (autor de El juego interior del Tenis y padre del Coaching moderno), como llegue a ser Profesor de Neuroliderazgo en la UDIMA, como aprendí y me formé con los mejores sinergólogos de este país para leer la gestualidad y corporalidad, como fui destinado a la Unidad donde están los Minhunters (perfiladores criminales) de la Guardia Civil o como llegué a ser Profesional Acreditado por la Asociación Internacional de Eneagrama.
Y sigo formándome con los mejores que conozca en cada campo.
Lo que te hablaba de la pasión por la comprensión humana y de que todo lo aprendido será para ayudarte a dirigir tu equipo o empresa.
Y ya resumiendo:
Coherencia, confianza, desterrar amenazas y personalidad.
Empieza por ahí, y si quieres que te acompañe en la confección de tu equipo, formaciones específicas o mentorías individuales, escríbeme en el formulario.
Y si me cuentas que te parece lo que has leído, será un placer contestarte.
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Un fuerte abrazo.
.Tony
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