Me alegro mucho de que estés aquí. Te cuento desde el principio.
Soy manchego. Culipardo del tó, nacido en los 80 y criado en Madrid.
Da igual el sitio de dónde seas tú, en todos lados hay buenas personas y empresas éticas que le dan más importancia a las personas que a la pasta.
Que sí, que esto va también de ganar dinero con tu empresa y no solo de que seamos todos colegas e irnos a una Scape Room, pero te voy a contar un secretillo.
Las personas SON LO MÁS IMPORTANTE.
Tampoco es nada nuevo, lo sé.
Si tu gente está contenta, la productividad sube. Y mucho. Aunque no quieras.
Empezamos por lo básico, no te preocupes que luego se anima con ideas que te darán mucho que pensar.
Te contaré mi historia para que veas por donde fueron los tiros de mi camino al liderazgo e intentaré dos cosas:
Cada uno tenemos un camino y yo te mostraré el mío.
No te haré resúmenes de libros, pero si te haré un resumen de lo que me ha servido.
Y de lo que no. También te confesaré mis cagadas. Y esas no salen en los libros.
El líder de hoy debe ser confiable y eso se consigue con un reajuste de ideas y actos sobre la marcha, con un constante aprendizaje propio y de los demás.
Y sinceridad, que no sincericidio. Para los que sueltan todo sin la más mínima compasión, casi siempre, calladitos están más guapos. O guapas.
¿Empezamos? Este fue mi camino.
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En esta serie de post, que irán enlazados, te daré información con ejemplos reales aunque algo modificados por secreto profesional, y omitiré nombres.
Me jod* no decirlos porque me encantaría que todo el mundo los conociera, unos por comportamientos miserables y otros por los geniales profesionales que son. Incluso los miserables, realmente no lo son si entiendes el comportamiento humano.
Pero vamos al turrón. Yo no soy una persona especialmente responsable.
Eso no lo esperabas ¿eh?
Y aquí empezamos con el aprendizaje unido a las experiencias.
Uno de los modelos que utilizo para analizar el comportamiento y sus conductas es el de los Big Five, y lo complemento con la Sinergología o análisis del comportamiento no consciente para ver la coherencia de lo que dice una persona, con sus gestos, picores y corporalidad (lo que realmente está sintiendo por dentro).
Esto es la leche, ya te contaré.
Pues bien, dentro del modelo de los Big Five que define 5 grandes dimensiones de la personalidad (por eso el nombre, lo mismo se rompieron la cabeza al pensarlo), una de ellas es la que se denomina Responsabilidad.
La encontrarás con más nombres como Minuciosidad, Tesón o como yo la llamo, Pensamiento Detallado.
Te ahorraré la chapa biológica, ya habrá tiempo, pero quédate con que es principalmente el córtex prefrontal y cuatro zonas destacadas de este que junto con conexiones neuronales a la base del tálamo hacen que seamos más o menos reflexivos o impulsivos.
Las 6 facetas o saquitos de comportamientos de la Responsabilidad y que veremos muy bien si observamos cómo nos relacionamos con las tareas (en casa o en el trabajo) son estas y sin entrar en detalles:
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C1: Ser muy competente.
-C1: Ser poco competente.
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C2: Ser muy ordenado, limpio, detallista, puntual.
-C2: No ser lo de arriba.
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C3: Ser una persona ética moral y justa.
-C3: Lo contrario.
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C4: Ser una persona orientada al logro, esforzándose por conseguir lo que se propone. Sigue ante las adversidades y lo que empieza, lo acaba.
-C4: Pues nada de eso.
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C5: Ser una persona disciplinada, rutina y perseverancia para conseguir las metas.
-C5: De disciplina no le hables.
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C6: Ser una persona con alta necesidad de reflexionarlo todo. Pensar antes que hacer.
-C6: Impulsividad a tope. Hacer antes que pensar.
Como veis son 12 facetas de una de las dimensiones (o factores) de la personalidad. Junto con las otras cuatro dimensiones hacen un total de 60 facetas.
Estas piezas son la expresión mínima del comportamiento humano, como si deconstruyéramos la personalidad cuál chef pijín deconstruyendo platos tradicionales.
Si imaginas un color, el que sea, es la unión de otros colores básicos. Eso es nuestra personalidad. La unión de muchos colores básicos que conforman un único color.
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Pero claro, algún color o colores destacan en nuestra personalidad. Esos colores que destacan es como si destacara una o varias dimensiones de la personalidad (también llamadas factores o rasgos) por encima de otras.
Después de la metáfora, os hago aclaraciones que debéis conocer. Cada dimensión de la Personalidad tiene una letra asociada:
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Extroversión (E)
Neuroticismo (N)
Apertura a la Experiencia (O)
Responsabilidad (C)
Afabilidad (A)
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Son letras que corresponden a su palabra en Inglés, las que ves que no coinciden es la Apertura (Openess) y la Responsabilidad (Conscientiousness).
Cada dimensión tiene dos polos o extremos, por eso cada faceta contraria lleva un menos ( – ) delante. Es decir que si una persona es muy minuciosa tiende a C, y otra que no lo es mucho, tiende a -C.
Otra cosa importante. Una cosa es SER una persona responsable, diferente a ESTAR en modo responsable si las circunstancias lo requieren.
SER es por convencimiento y es un comportamiento que haces lo mismo en tu casa que en el trabajo, te miren o no te miren y eliges hacerlo como primera opción.
ESTAR en ese comportamiento es hacerlo porque te van a enjuiciar, alguien se va a sentir mejor, tu jefe te va a ver más lista o más guapo, etc.
Los comportamientos asociados a los Big Five están hiperestudiados y experimentados. En cualquier parte del mundo y para cualquier ámbito los han utilizado (incluido el liderazgo), y su test, el NEO PI R está traducido a 40 idiomas. Pero mi idea es que aprendas a reconocerlos indirectamente, es decir, sin test y sin meter a nadie en un escáner de emisión por positrones ni ponerle un casco de electrodos.
Por eso, la siguiente indicación que me gustaría darte es:
Piensa en la persona más hiperresponsable que conozcas y en la que reconozcas comportamientos de todas las C que te dije arriba. Incluso puedes ser tú, por supuesto.
Y ahora piensa en la persona que tenga comportamientos de todas las -C. Que también puedes ser tú…
¿Las tienes?
Esos son los baremos que vas a tener en mente para ir observando y anotando comportamientos de las personas que analices. No solo en esta dimensión o rasgo. Sino en las 5 dimensiones (o factores).
Eso sí, a la vez no puedes comportarte Responsable e irresponsablemente, por eso se estudian con dos extremos. Y por supuesto hay valores medios, no tenemos que estar en uno un otro lado de ese factor.
Lo primero es reconocer las conductas de esas 5 dimensiones y sus 12 facetas (6 de cada polo).
60 facetas que te tienes que saber de memoria.
Para aprenderlas, puedes ponerle un nombre y luego crear una historia con la persona que hayas elegido para cada polo:
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C1: Competencia.
C2: Orden.
C3: Ética y moral.
C4: Logro con esfuerzo.
C5: Autodisciplina.
C6: Reflexión.
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Ejemplo: Juan es un tío supercompetente (C1). Llega al curro y su escritorio lo tiene ordenadito, no se le escapa un detalle (C2). Todo lo que dice es coherente, lo que dice, lo hace (C3). Se esfuerza mucho en hacer los trabajos que le piden (C4) y no procrastina (C5). Antes de hacer algo lo tiene muy pensado (C6).
No hace falta una historia con las contrarias, ya que si solo te aprendes unas, las otras pertenecen al otro extremo.
No te puedes comportar igual con un compañero que tenga alta Responsabilidad que con otro que no la tenga.
El primero amará el detalle y el control y el segundo, si le pones a mirar datos en un Excel las 8 horas de su trabajo, acabará diluyéndose y su alma abandonará su cuerpo para entrar voluntariamente en el infierno, resignada y cabizbaja.
También puedes acordarte de la información, o dar presentaciones, o estudiar, con herramientas tan visuales como Visual Thinking:
A la Responsabilidad, como te dije, yo la llamo Pensamiento detallado (más minucioso), y a la baja Responsabilidad, Pensamiento Abstracto (más disperso). Movidas mías para acordarme y para que los alumnos de mis cursos o los equipos y empresas con las que trabajo retengan mejor la información.
Siempre vamos a incidir en con cómo aprende cada cerebro.
Eso ya se nos ve desde chiquititos (y luego cubrimos con nuestra personalidad).
Lástima que nos enseñen de manera genérica y no adaptándose a cada necesidad cerebral.
Que sí, que sería más complicado. Pero si yo lo hago con mis clientes, empleados, familiares cercanos o con mis hijos sin ser psicólogo, lo mismo esto es algo que podríamos aprender todos.
Pues no, no soy psicólogo. Me dedico al 98% de la población que no necesita ayuda médica profesional. Solo ayudo a cohesionar equipos y que superen baches o lleguen a ser equipos de alto rendimiento, y así evitar que sus componentes vayan al Psicólogo.
Mi curriculum va por otro lado, supongo que ya lo habrás visto en el ¿quién soy?
Lo dicho, no soy una persona muy responsable de manera natural.
Tampoco lo soy poco, pero digamos que tengo comportamientos de uno u otro extremo, aunque cuando me van a «poner nota» es decir, voy a ser juzgado por mi trabajo, me muestro más responsable de lo que le gustaría a mi cerebro.
Siempre he sido el chico bueno, el buen amigo, el buen hijo…
Al no querer entrar en conflictos para que me dejaran en paz, me adaptaba a todas las situaciones que me iban surgiendo.
Era mi estrategia preferida.
Que no tiene por qué ser la tuya. Hay muchas diferentes según el sistema que utilices para conocerlas. Ni mejores ni peores. Cada una con sus mierdas y con sus superpoderes.
Mi superpoder es la adaptación y una de mis mierdas era no enfrentarme al conflicto.
Y eso para liderar es fatal.
Por eso la corregí cuando tuve conciencia de ello.
Pero antes, ya se encargó el Colegio de Guardias Jóvenes en Valdemoro que aprendiera Responsabilidad.
Para salir como Guardia Civil (un tipo de policía española), nos metieron en vena disciplina militar, obediencia, responsabilidad y cero procrastinación. Por la cuenta que me traía, hicieron de un adolescente ingenuo y en sus mundos de fantasía en un hombre hecho y derecho.
De esos que, más tieso que un palo, contestaba:
—¡A la orden mi Capitán!
Inciso.
La mayoría de los chicos maduramos más tarde que las chicas, nuestra edad del pavo puede ser hasta el infinito y más allá, contrario a nuestras homónimas de especie. En ellas el córtex ya tiene, de nacimiento, más conexiones en el área del lenguaje y del pensamiento más detallado.
Cierro inciso y abro reflexión.
Si a mi me sirvió esta experiencia, tipo mili, como a todos mis compañeros, para madurar, y si la mayoría de los chicos ahora no tienen esas experiencias que les aumenten la Responsabilidad, la disciplina y por tanto la madurez cortical, ¿Qué lo suple?
Quizá no se necesite exactamente mili, pero sí aumentar la disciplina de alguna manera educativa para que los cerebros maduren.
Ahí lo dejo para los psicólogos y los fans de las teorías basadas en los cero límites.
Por cierto, si un niño o niña no tiene límites y predisposición biológica agresiva tendrá papeletas para ser un o una antisocial.
También pasa con la misma predisposición biológica y al niño o niña se le limita en todo.
En el equilibrio está la virtud…
El cerebro también madura cuando nos vamos a vivir solos o cuando hacemos viajes al extranjero. Y por supuesto cuando pasamos una experiencia muy chunga.
Eso hace que forcemos a nuestro cerebro a crear nuevas neuronas y a enviarlas a donde se necesitan.
La neurogénesis de toda la vida. Si necesitas más pensamiento detallado, allá que van los refuerzos.
Como esto va de liderar, te voy a contar desde que ascendí a Sargento y empecé a ser un jefe con responsabilidad, porque líder, en esos momentos, ni hablar del peluquín.
Pero antes, lo que te puedo confesar es que yo estaba muy a gusto con mi competencia adquirida a base disciplina y correr por una pista a paso ligero y siendo de esas personas a las que respetan y de las que dicen:
—Que responsable, majo y buen compañero es.
Vamos, que pasaba de enfrentarme a los problemas que yo veía con los distintos jefes que tuve.
Por entonces, en mis primeros 6 años de Guardia Civil tuve de jefes a un borracho, un déspota, uno que sí era muy bueno y otro un sinvergüenza, en fin… Que hasta el bueno, tenía problemas con algunos y eso que intentaba que todos estuvieran bien.
Ya en el siguiente post te cuento cómo me decidí a ascender y una actuación policial que tela marinera.
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