En el año 1992 Santi Cañizares, alias cañete, aterrizó en el Celta de Vigo.
De aquellas, todavía no era un portero conocido y no llevaba el pelo de color amarillo pollo feria.
El hombre, cuenta en su autobiografía que cuando llegó al club vigués pasaba por una mala etapa. Y no solo porque en sus clubs anteriores no cobrara ni un duro —Elche y Mérida— sino porque sus padres estaban a punto de perder la casa que estaba al límite del embargo.
Como ya en el Celta iba a percibir una nómina considerable, fue al Presi del club que por entonces era José Ignacio Núñez Gallego para que le adelantara el sueldo, presentando documentación que acreditaba que sus padres iban a quedarse en la calle.
Pero Pepe Nacho se hizo el longuis.
El dirigente lo hablaría en plan chascarrillo con el entrenador Chechu Rojo y al día siguiente, este habló con el portero en su despacho.
Le dijo a Cañizares que estaba al tanto de lo de sus padres, que disculpara al Presidente y le puso un cheque en blanco encima de la mesa diciéndole:
—Soluciónalo y ya me lo devolverás.
Cañete dijo que no con la boca pequeña, pero terminó cogiéndolo porque no había otra solución.
En ese verano, el portero madrileño fue integrante de la Selección española de fútbol que ganó el oro olímpico en Barcelona y con las primas que percibió por el triunfo pudo pagar íntegramente el préstamo que le hizo su entrenador.
No hablamos de cien mil pesetas de la época.
Fueron 3.700.000 millones.
Desde entonces, dice Santi en su libro, que fue mucho más que un entrenador para él.
Normal.
Si has hilado la historia con los artículos que tengo en la web sobre liderazgo, en alguno te hablo de que el AB de los integrantes de tu equipo debe ser en algún momento tu AB.
Cuando te implicas en los problemas/objetivos personales de alguien (A) sin tener por qué hacerlo y se lo resuelves o le ayudas (B), surge un lazo de confianza y admiración que hace que, a sus ojos, seas un poco más líder para ellos.
O mucho más líder.
Es como cuando los de Avatar enganchan sus coletas a los dragones, árboles o bichos marinos. Joder, que friki me ha salido, es que me flipa la saga 😉
Con esto no te quiero decir que le dejes pasta a to quisqui que te lo pida, pero si eres la persona inteligente que creo que eres (si no no estarías leyendo esto) sabes por donde voy.
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Consejo no solicitado: Piensa primero esto si quieres ayudar a alguien de tu equipo:
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¿Podría solucionarlo o ayudarle? Sí.
¿Tengo que hacerlo por mi empleo, rol, etc.? No tendría por qué.
¿Requiere esfuerzo por mi parte? Sí.
¿Lo haces de corazón? Sí. Porque si es pura estrategia, eso se nota.
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Si lo cumples, eso es implicarse en su AB.
Y te verán un poquito más líder.
O mucho más.
Hoy hasta aquí.
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Un abrazo
Tony Pérez
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PD: Lo de Chechu Rojo con Cañizares no fue un caso aislado.
Por todos sus compañeros de profesión fue considerado como una persona entrañable y distinta. Líder y buena persona, la mejor manera de influir positivamente en los demás.
Hace unos días, a la edad de 75 años, abandonó este plano en el tránsito que conocemos como muerte. Descanse en Paz
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