En 2018 salió el disco Redención del grupo sevillano de hip hop SFDK.
El Zatu, vocalista y cabeza visible del grupo, escribió las letras de ese disco en pleno ataque de ansiedad. De hecho, la canción Etéreo la escribió en las paredes de su casa.
Locura total.
A lo Mente maravillosa pero en la pared.
El cerebro es todavía un gran desconocido. Esos ataques de locura provocados en su mayor parte por el estrés que sufrimos a diario —o por lo menos el iniciador—hace que se nos vaya la pinza. Y más si trabajamos dándole al coco.
Y no te creas que no es común el tema.
En España, a mediados de 2020, había 2,1 millones de personas con un cuadro depresivo, el 5,25 % de la población mayor de 15 años de todo el país, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De todas ellas, 230.000 personas sufrían una depresión grave. Y aumentó más desde la pandemia.
Ángel Martín, cómico que se hizo famoso por el programa Sé lo que hicisteis que condujo junto a Patricia Conde desde el 2006 al 2011, pasó por un episodio grave de trastorno mental.
Lo plasmó en el libro Por si las voces vuelven.
Es una pasada de confesión en la que se desnuda emocionalmente y cuenta los inicios de su locura. Desde el momento en el que una voz le habló dentro de su cabeza, pasando por su ingreso en el ala de psiquiatría de un hospital y la creencia —entre otras— de que este mundo era una nave espacial, replica exacta de otra Tierra a la cual viajábamos a través del universo.
Ahora, Ángel tiene un podcast llamado como el libro y entrevista a personajes famosos que cuentan sus mierdas -como él dice— sin filtros ni vergüenzas.
Me parece un formato muy chulo, ya que los entrevistados se sienten libres de hablar de las enfermedades mentales y trastornos que han sufrido y que todavía sufren.
Y que todavía sufren. Repito.
Y te cuento por qué lo recalco.
En el primer programa, Mercedes Milá, esa señora que parecía indestructible y a la que todos veíamos con la capacidad de enfrentarse a cualquier dragón y vencerlo metiéndole su propia cola por el culo, cuenta que sufrió una depresión tan gorda que todavía no se ha recuperado.
Para entenderla, Mercedes se fue a EEUU para hablar con un neurocientífico español, uno de los mejores del mundo.
Este genio del cerebro —Rafael Yuste— le dijo que todavía no hay cura para este tipo de trastornos.
Ojo a esto.
Hoy, en 2023, no hay cura para las enfermedades mentales.
Es decir, que una vez que se te pira la chavecha, no la puedes devolver a su estado anterior. Tienes subes y bajas, te recuperas y vuelves a caer.
No te acabas de curar, pero la buena noticia es que sí se pueden hacer muchas cosas para controlarlas.
Los diferentes famosos cuentan con sus historias cómo han ido aprendiendo a convivir con sus enfermedades, dando truquillos que, aparte de la medicación —Ángel ya ni se medica— les funcionan en su día a día.
Muchas de esas buenas prácticas para que nuestro cerebro no viva estresado ya las conocemos, y es muy triste que pasemos de ellas:
Y otras parecidas así de simples. Pero difíciles de tomar la decisión de ponerse en serio a ejecutarlas. Siempre es bueno probar con psicólogos, aunque no siempre aciertas con buenos profesionales. Eso es como todo y en todas las profesiones.
Además, también hay otra estrategia algo más complicada. Y que me apasiona.
Conocer tu personalidad al dedillo. Y la de los demás para entenderlos.
Así se evitan juicios y ya no reaccionas a los ataques.
Ya no saltas cuando te pican —sobre todo en redes sociales.
Hay comprensión —comprendes racionalmente la personalidad del o de la que tienes enfrente— hasta llegar a la compasión —comprensión con amor.
Es parecido a pasar, pero con conciencia de que no eres indiferente y sí compasivo con el comportamiento de la persona que te ataca. La entiendes. Y ya no te afecta.
Y esto lo hilo conque hay muchos tipos de locuras.
Sin tecnicismos, me gusta la clasificación de andar por casa de Ángel Martín, la que llama locura luminosa, en la que él poco menos que lo flipaba cada día con las movidas que le pasaban durante el brote, y en el otro lado del ring está la locura oscura. Esa en la que estás en un pozo muy negro y no eres capaz de salir. Como la del Zatu.
Hasta en eso influye la personalidad para filtrar de qué modo salen esos estados permanentemente alterados de conciencia.
Al eneatipo 7 locura de luz, y al 6 de oscuridad. Te cuento como lo caso yo sin experimentos científicos por lo que solo pretendo lanzar una reflexión.
Lo que está claro es que los que no hemos estado allí, tan abajo o tan arriba, no podemos entender algunas cosas. Aunque a veces hayamos coqueteado muy cerquita con esas zonas oscuras —o luminosas— y hayamos ido al psicólogo, aunque sea un gañán, o en mi caso, gañana.
Por eso, hablarlo sin que nos dé palo y escribir lo que nos pasa, es la mayor terapia que podemos encontrar junto con el dormir todo lo que podamos, quitarnos de estímulos diarios—más si eres introvertido o introvertida— y eliminar de tu vida a la gente que no te hace bien, en cualquiera de sus versiones.
Hoy hasta aquí. Te confieso que me ha costado mucho escribirlo.
Va por todos los que negocian a diario con su cerebro. Y en especial va por mi cuñado, otro Ángel que no queremos que lo sea todavía. Saldrás de esta hermano. O por lo menos lo controlarás para volver a ser feliz.
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Un abrazo fuerte.
Tony
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PD1: Esta es la canción Etéreo de SFDK. El cuenta que ya se notaba y daba pistas de lo que le pasaba. Escucha con atención la letra.
PD2: Y este es el podcast de Ángel Martín. Os pongo el primer capítulo, el de Mercedes Milá en Youtube. Ahora los está subiendo a esta plataforma pero en Ivoox tienes muchas más entrevistas.
PD3: Presta atención a tu gente, aunque vayas a mil, para, llama, pregunta y escucha con atención.
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