Un señor llamado Ray Parker Jr fue parte del grupo de música americano Raydio en 1978.

Te has quedao igual, lo sé.

¿Y si te digo que fue el que compuso la canción de la peli Ghostbusters? Lo mismo ya te va sonando algo. O por lo menos la canción.

Cuenta la leyenda, que los productores de la película contactaron con él pocos días antes del montaje final del film para que le diera al coco y sacara una melodía de 20 segundos con un único requisito: que nombrara el título de la película.

Con esa tesitura, Parker Jr dejó correr hasta el último momento buscando inspiración en lo que veía a su alrededor.

Y las musas llegaron.

Vio un anuncio en un escaparate e hiló en su cerebro que la melodía debía ser como un spot publicitario.

En la serie documental de Netflix llamada The Movies That Made Us, en el capítulo que habla de los entresijos de Ghostbusters, se cuenta que poco menos que empaquetó la cinta grabada en el tiempo de descuento. El último día a las 04:00 de la mañana.

El resto es historia.

Fue número 1 trece semanas y generó unos ingresos de 300 millones de dólares. 

Hasta hicieron la versión larga y un videoclip.

Na na na na na naaaaa… Ghostbusters!

Cuando tenemos un problema entre manos, el cerebro va a su bola creando conexiones entre diferentes áreas para conseguir la solución.

Yo lo llamo procrastinación productiva.

Vaaale, lo mismo las dos palabras en la misma frase no casan, pero es que no se me ocurre otra manera de explicarlo.

Cuando tengo algo que parir, minimizo el asunto en mi cerebro —como una ventana de windows—y evito ponerme rápidamente a solucionarlo o a crear el contenido que necesito.

Pero no se me olvida.

Ahí está, detrás de bambalinas, esperando el momento de unir las piezas necesarias con algo que vea, escuche o lea, para surgir como un volcán en forma de eureka o el toma castaña que te contaba en el artículo anterior.

Esto es porque el Yo número 2 que también te conté de Tim Gallwey es joven aunque sobradamente preparado (JASP) —¿Te acuerdas de ese anuncio?— para actuar rápidamente cuando tenga todo el material que necesita.

Voy un poco al límite, cierto, pero siempre me ha salido bien. Confío en mi máquina de pensar. Y de hilar.

En 2019 di una ponencia en el Congreso anual de Eneagrama celebrado en Madrid.

Tuve varios meses para prepararla. Las líneas maestras estaban dibujadas, pero el último día añadí cosas muy interesantes que me habían surgido al procastinar productivamente.

En otra charla en el Hotel Villamadrid hice lo mismo. Está en mi canal de Youtube y tampoco salió nada mal.

Ojo, que es mi forma y no tiene por qué ser la tuya.

De hecho mi mujer —eneatipo 1— en el momento en el que tiene una tarea o encargo, le falta tiempo para hacerlo.

—Así me lo quito de en medio— dice la perfeccionista de eneatipo.

Y está guay también. Por eso, me gusta profundizar en cada tipo de personalidad y en los comportamientos que os chirrían. Y analizar por qué hacemos las cosas de diferentes manera.

Cada tipo de personalidad tiene su explicación y comprenderlo nos hace más libres.

Para entendernos y para no juzgar a los demás.

Pues esto se me ha ocurrido hoy.

¿Sois de procrastinar productivamente? Lo mismo me he inventado esto para dar explicación a mi vaguería, quien sabe…

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Un abrazo fuerte y hasta el próximo.

Tony.

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PD1: Por supuesto que os pongo el vídeo de la canción, del na na na na na na… faltaría más, ¡me encanta!

PD2: Este es el anuncio de los JASP (joven aunque sobradamente preparado)

PD3: La charla en el Hotel Villamadrid. Finiquitada el día anterior a la ponencia las 23:OO.