Yakutia es el pueblo más frío de la tierra. O pocos le superan.
Sus habitantes han llegado a ver en el mercurio la friolera —nunca mejor dicho– de -71 ºC.
Y no hay ni pingüinos. Hay unos caballos pequeñajos de piel muy gruesa. No sa jodio. Para aguantar la pelona tienen que tener buena manta los animalicos.
Los niños, van a la escuela «solo» si la temperatura no cae por debajo de los -55 ºC.
Y andando. A los 5 minutos se les han congelado a los pobres hasta las pestañas. Literalmente.
Todo esto lo vi en un mini documental en Youtube, de esos random de los que cuando terminas de verlo dices: qué curioso… Y a la vez te preguntas: ¿Cómo coj*nes he llegado hasta este vídeo?
Movidas del algoritmo supongo.
O que con la ola de calor el señor de Youtube que le da al botón que lanza los vídeos quiere que sobrevivamos con la autosugestión porque si nos pone alguno del desierto se quedan sin usuarios.
En fin, que lo que te iba a contar hoy está relacionado con la actitud de la familia en la que se centra el mini documental.
Actitud y valores.
Esto que vas a leer a continuación, ya lo sabes, pero no está de más recordarlo.
El hijo menor de la familia yakuta tiene 9 años. O tenía cuando le grabaron.
Se levantaba temprano a la voz —no al grito— de su madre, se lavaba con agua fría proveniente de grandes bloques de hielo que tenían almacenados en casa —ya que las tuberías se congelan— y se iba al cole tan pancho. Pateando 15 minutos por la nieve a -40ºC. Eso sí, con más capas que una cebolla.
Y cuando volvía, ayudaba a su padre a cortar leña y transportarla, aprendía su oficio y ayudaba a su madre a cocinar.
Ríete tú de las extraescolares.
Y ahora viene lo terrorífico e inexplicable: lo hacía todo sin protestar y disfrutando de esos quehaceres más que si jugará con una tablet.
Ah no, que de eso no tenía. Chico raro el mini yakuto…
Además, su padre hablaba en el documental que lo más importante para ellos como padres, es la educación de sus hijos, que fueran honestos, amables y trabajadores.
Toma ya.
Se me caían unas lágrimas como puños.
En un rincón recóndito de la Siberia profunda, los valores principales de sus habitantes son la honestidad, la amabilidad y el amor por el trabajo disciplinado, además de la ayuda y respeto a los padres y adultos.
Porque todos cuidan a todos.
La leche.
Te puedes sonar los mocos si te has emocionado, yo ya lo he hecho. Va, te espero.
Y resulta que no solo pasa allí, si te vas a otras tribus indígenas repartidas por todo el globo donde el núcleo accumbens no muestra los dientes cuando se aburre necesitando recompensas inmediatas, pasa lo mismo.
¿Es posible entonces que nuestra verdadera naturaleza como seres humanos tenga que ver con la honestidad, la amabilidad, la disciplina en el trabajo y la unión entre nosotros?
¿Es posible que si quitamos esa capa de tontería materialista que tenemos encima y nos alejamos de distracciones recompensantes volvamos a SER seres humanos?
Ahí lo dejo.
Sé que ya lo sabías. Pero no está mal recordarlo.
A lo mejor podríamos escribir en una hoja encabezada con el título PROYECTO YAKUTIA y poner de qué narices nos libraríamos en forma de distracciones y estrés y cómo podemos unir a nuestra familia inculcándoles y adoptando esos valores lejos de píldoras recompensantes.
Lo mismo nos sorprendemos.
Y te encuentras mejor.
O quizá no, pero puede que en circunstancias adversas y no seguras seas libre y en una jaula de oro, con todo lo que tienes, te sientes esclavo. O esclava.
Hoy hasta aquí.
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Abrazos
Tony.
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PD1: Yo creo que todas nuestras decisiones son tomadas principalmente desde dos posiciones.
Desde la paz mental.
O desde el canguelo. Desde el miedo, vaya.
Podemos irnos de un trabajo diciendo: ¡Que le den!, paso de aguantar a tontos.
O pensar que es la mejor opción para no estancarnos, vivir experiencias nuevas y evolucionar como profesionales y personas.
Desde el canguelo, esa ira y rencor no te ayudarán a empezar el nuevo camino.
Desde la paz mental, ya tendrás medio camino andado.
Y otro ejemplo:
Podemos dejar a un niño sin que juegue a la tablet diciendo: ¡Ya está bien, deja las tonterías del Tik Tok!
O podemos pensar que aburrirse es lo mejor que le puede pasar a su cerebro todavía en formación y que si no tiene estimulación externa la buscará creando, pintando o construyendo.
Se puede negociar que los mismos minutos que lea, son los que verá en la tablet o tele un contenido adecuado en el que se concentre, y no algo que le fría el cerebro cambiando cada 2 segundos de estímulo.
Son ejemplos, tampoco me hagas caso. Para nada me meto yo en la educación de tus hijos que seguro que lo haces fenomenal. Yo solo te cuento lo que a mí me funciona. Y esto funciona muy bien.
Y si esto lo llevamos a nuestro equipo, vemos esa búsqueda de placeres constantes en nuestros empleados impacientes y con intolerancia al aburrimiento sin que puedan controlar esa sensación.
Lo mismo no es descabellado empezar a ayudarles a concentrarse y adquirir valores y disciplina cuando son críos.
PD2: Este es el enlace del mini documental. Dura 17 minutos, pero se hacen amenos.
Por si eres de aburrirte rápido 🙂
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