La idea de hoy es una de las más importantes que te puedo contar. Es la base práctica de mi proyecto, de mi vida y de quizá la tuya, aunque no lo sepas.
Charlie Munger, uno de los mejores inversores de la historia, puso de moda los modelos mentales y la gente avispada los suele reconocer al vuelo.
Un modelo mental es un conjunto de pensamientos, de ideas, que nos ayudan a comprender el funcionamiento de lo que sucede a nuestro alrededor. Son como un manual de instrucciones y nos ayudan a actuar en un momento determinado.
Pero antes te cuento cómo funciona el cerebro en ese sentido.
Tenemos una gran capacidad para acumular experiencias y tirar de ellas para cotejarlas con la situación que estamos viviendo y salir airosos.
El área dorsolateral del córtex es el que realiza esta acción de comparación y nos ayuda a actuar lo más rápidamente posible, rescatando recuerdos para actuar.
Ya te hablé en un artículo que esto, como especie humana, nos favorece en algunas cosas, pero también nos entorpece en poder flexibilizar nuestros pensamientos y acciones.
Grabamos tan rápido y fuerte una experiencia creando un surco en la memoria vía hipocampo-córtex, que cuando decidimos hacer otra cosa para la misma vivencia nos cuesta horrores cambiarla.
Por eso, cuando no nos acordamos de si hemos cerrado el coche o el gas, allá que vamos como locos para darle otra vez al mando o volver a mirar la llave de paso.
Y eso que intentamos estar más presentes para acordarnos de haberlo hecho, pero ni por esas.
Es una experiencia arraigada.
Se queda tan anclada que hasta nosotros mismos decimos:
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—Es que no hay manera de acordarme, no puedo hacerlo de otra manera.
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Pero sí que se puede.
Hay que proponer otro modelo mental diferente haciendo el esfuerzo una semanita y poniendo mucha energía y concentración para cambiarlo.
No es fácil, para nada, pero es más simple de lo que la gente cree.
En el día a día, yo utilizo modelos mentales constantemente, renuevo los que me funcionan y le doy una vuelta a los que no.
Los veo como herramientas o programas que me ayudan a solucionar los problemas diarios que me estresan. Hay que extraer unos y añadir otros.
Por ejemplo, si alguien contradice lo que yo digo en algo en lo que tengo mucha experiencia, antes me mosqueaba.
Es como si yo le digo a un chef que el punto de cocción de una carne no es el correcto porque no me guste poco hecha.
El chef, que conoce todo el proceso que requiere la elaboración del plato y que ha usado ingredientes especiales y muchas horas de aprendizaje y experiencia, se encenderá como una cerilla y pensará que no tengo ni puta idea.
Pues seguro, pero a mí no me gusta ¿qué le voy a hacer?
No es personal.
Pero sí para el chef.
Pues en estos casos y siendo yo el chef en algunas materias que domino, he instaurado un modelo mental cuando eso pase.
He aprendido una estrategia mental práctica, y digo práctica, porque si te quedas en que solo la piensas sin ponerla en acción es más inútil que ir al Decathlon a por ropa deportiva en enero porque crees que eso te ayudará a salir más a correr.
Vamos a ello.
La estrategia consiste en coger el comentario o argumento de la persona y entender por qué piensa así, para luego utilizarlo y expresar el tuyo.
Si ves que te empiezan a subir los calores por lo que te han dicho, para.
Entiende el motivo, y si no lo entiendes pregunta serenamente y con curiosidad el porqué. Una vez que lo comprendas, utilízalo a tu favor contra argumentando y sin atacar a la persona.
Ya que hablo de chef, te pongo el ejemplo de un restaurante italiano al que fuimos.
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En ese restaurante, la comida italiana es italiana de verdad. Los productos los traen de Italia y la manera de cocinar es a la italiana.
Pedimos una pasta con salsa carbonara y no había dios que se la comiera. La pasta guay. La salsa no.
No porque estuviera mal cocinada, sino porque la carbonara original italiana no es como la que tú te comes en cualquier italiano típico de Centro Comercial que está adaptada a los paladares y gustos españoles.
Pasa igual con la comida china.
Que en otros países lo adaptaran de otra manera, más picantes, más salados, con otros ingredientes…
Pues eso, que esa carbonara no era el sabor que nosotros esperábamos o al que estábamos acostumbrados.
Se lo dijimos al cocinero cuando nos preguntó el porqué habíamos dejado intacto casi todo el plato. Se ofendió mucho, argumentando que esa era la manera italiana y que la gente no lo apreciaba.
A ver, alma de cántaro, has puesto un restaurante italiano con un sabor original italiano en Pinto. Dime tú qué italianos van a ir a comer allí.
Que me dices que está en Sol, tira que va, pero en un pueblo del extrarradio de Madrid, poco paladar italiano debe haber.
Lo suyo es explicarlo al principio, pero si no, coges el comentario y le das la vuelta con tu explicación y sin mosquearte.
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Por ejemplo:
—Entiendo que el sabor para vosotros sea diferente, ya que esta es la manera italiana y original de hacer la boloñesa, diferente a la que estáis acostumbrados.
Esta salsa lleva más nosequé y menos nosecuantos con los mejores ingredientes traídos desde Milano y eso hace que tenga un sabor diferente.
Es complicado que probéis aquí en Madrid el sabor original italiano, porque no hay muchos sitios como este y perdonad por no haberlo comentado antes.
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Y luego se fumaría un puro.
¿Nos dice de esa manera que tenemos un paladar de asno directamente? No.
Ya lo supondríamos nosotros entre líneas, pero él te diría que entiende el por qué lo decimos, te argumenta que es la manera original con los mejores ingredientes, te hace ver que estás en un sitio especial y se disculpa porque al no haberlo comentado antes ya que es lógico que pensemos eso.
Así sí.
Eso es un modelo mental práctico.
Cuando pase esto, hago esto.
¿Se mosquearía el chef igualmente si aplica ese modelo mental?
Sí, pero menos, porque sabe que va a quedar como un señor y tú como un paladar pueblerino.
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En los cursos de AIP (El universo de las ideas) que lancé en 2021 y 2022 hubo un montón de mapas mentales presentados con historias interesantes y divertidas, para hacer las cosas de otra manera.
Sobre comportamiento humano, liderazgo, ventas e incluso sobre la propia vida y existencia humana.
Ahora ya no los hago, pero seguro que dentro de algunos meses algo inventaré para ayudar a los demás a entenderse mejor.
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Un abrazo
Tony Pérez
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PD: En este artículo te hablé de lo poco flexibles en ideas que somos los humanos y en este otro artículo te cuento cómo aplico otro modelo mental práctico.
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